Bastaría soñar los mismos sueños,
para hacer más perfecto nuestro mundo.
Tengamos ese sueño tan profundo
y pongamos en ello más empeños.
Hallemos los motivos halagüeños,
digan un ¡No!... que sea muy rotundo,
a las guerras. Un mundo más fecundo,
que vuelva a los humanos más risueños.
Un mundo donde esté feliz el niño,
sin bombas de racimo, ni metralla,
donde su madre pueda dar cariño,
a ese niño que en llantos hoy estalla,
y envueltos en la paz de un manto armiño,
lo salvarán
del fuego en la batalla...
©Roberto Santamaría
Mil gracias por darme la oportunidad de leerte.
ResponderEliminarSaludos
Amalia
Las gracias siempre a ti mi estimada poeta y amiga Amalia...Gracias por dejar tu cálida huella en mi espacio.
EliminarUn abrazo